Bajo la ropa


Como menciona Sartre: “el otro es una mirada de la cual yo soy objeto”,  es decir  una manera de reducir todo lo que percibimos de una persona con solo verla y también de cosificarla y objetivarla. Por su apariencia podemos saber sus gustos, su procedencia, su profesión e incluso su personalidad, pero esto no es tan sencillo, la imagen de una persona va tomada de la mano con su identidad que no es tan fácil de conocer, está oculta y escindida entre el tejido de su ropa. El tejido, la urdimbre es entonces un código que habla de nosotros.

La vestimenta es un accesorio y una necesidad que el humano tiene cada día hasta la muerte, además por su importancia, su uso, su historia y su comercio me parece un objeto digno de estudiarse, sobre todo con el fenómeno de la moda como motor que impulsa y moviliza masas por todo el mundo y motiva al cambio.

De este modo, realizé una investigación con diferentes recursos como el artículo de  La moda en la postmodernidad” donde Adolfo  Vásquez Rocca enfatiza las razones por las que se dan los estereotipos y lo que provocan en la sociedad, la película “Notebook on cities and clothes” de Wim Wenders con el diseñador Yohji Yamamoto que habla del proceso, la reflexión y la identidad de la ropa respecto a las ciudades, Tokio principalmente. Otros recursos utilizados fueron el libro “La moda en las sociedades modernas” de Ana Martínez Barreiro y el artículo “Identidad e identificación en las sociedades contemporáneas” de Michel Maffesoli. Pretendo entonces demostrar que la moda es más un objeto que traspasa la barrera de lo “bonito” o de lo estético, pretendo demostrar que la moda define. Gracias a esto, desarrollé la relación de la ropa con la identidad individual y lo que esto crea en la sociedad de manera filosófica, quiénes somos, y qué contamos con nuestra manera de vestir.

Así somos
Cuando escuchamos el dicho “el hábito no hace al monje” inmediatamente pensamos que las apariencias no son lo que parece, pero ¿de verdad lo vemos así? Michel Maffesoli piensa todo lo contrario, él asegura que el modo de vida está reflejado en la indumentaria, esto lo podemos comprobar cuando vemos a una autoridad y nos acercamos a ella por ayuda, cuando lo vemos nunca pensamos en la posibilidad de que no lo sea, o en palabras del mismo Maffesoli: “La vestimenta concuerda con las costumbres. En este sentido, la forma integra el cuerpo social” (Arditti 38).

Por este motivo explicaré la identidad del uniforme en diferentes aspectos como el religioso, militar y cultural que tienen todas las civilizaciones y que usualmente se llega a confundir con la identidad colectiva, o bien como lo que conocemos con el nombre de estereotipo.
Todo comportamiento ceremonial o uniforme –según Herbert Spencer- debe diferenciarse de la moda ya que su cooperación es forzosa y no existe una libertad de elección para su participación, a esto me refiero cuando digo que un policía no puede participar en su apariencia, es decir, no tiene elección de vestimenta pues perdería su identidad como autoridad, esa frontera, ese límite que lo separa del resto quedaría elidido, por eso los operativos encubiertos y policías vestidos de civiles causan un trauma tan grande al tejido social; mientras que en la sociedad la cooperación es voluntaria y por lo tanto hay una distinción entre las personas por sus preferencias.

Debido a esta opción de elección, se crean grupos que dividen a la sociedad de quienes participan y quienes no participan en este fenómeno de la moda, como consecuencia se crea la imitación entre un grupo con el otro ya sea por admiración al otro o por rivalidad para afirmar su igualación con el otro. Esta última es causa de diferencias entre el rango y la riqueza, en pocas palabras el objetivo es aparentar el mismo nivel. Y de una u otra forma ese intento de una periferia por unirse un grupo central resulta peligroso, pues la frontera peligrosa es la que no se ve. ¿Qué pasaría con la estructura económica si esa frontera que delimita la moda resultara eliminada?

Según el sociólogo Gil Calvo, la moda rige la formación y expresión del gusto colectivo de la juventud, principalmente para adaptarse mejor al entorno cambiante; cada evento en la historia ha marcado a la población por diferentes formas de pensar, algunas de ellas se reflejan en el arte, la literatura y en la ropa. Poco a poco hemos visto diferentes maneras de vestir que en un principio no fueron bien aceptadas, pero a fin de cuentas se lograron acoplar, pues como bien he dicho son insignias de una nueva masa social, ya incitando a la revolución, ya para incitar a un estado de conservación social. Esto de una u otra forma nos permite decir, o incluso gritar “así somos”. 

 

Tejiendo la identidad.

La moda es un medio de comunicación y el vestido su lenguaje que además de complementar otros lenguajes como la articulación de sonidos, señas y gestos, cuenta su propia historia; Umberto Eco menciona que todo objeto cumple con una función y lleva consigo un mensaje, bien explicaba esto en la introducción y también en términos de Eco, somos códigos vivientes.
Sin embargo, lo curioso con la moda, y casi con todos los objetos, es que cuando nosotros damos una opinión acerca de cualquier objeto, si nos gusta o no, habla más nuestra forma de ser y pensar que las características del mismo objeto. Es decir, también opinar de la moda y forma de vestir del “otro”, nos configura a nosotros, nos define como un usuario determinado de una moda en específico, sino de otros objetos.  

Por ejemplo se observa mucho mejor cuando decidimos que usar, pues no usamos algo simplemente porque sí. En diferentes ocasiones, buscamos diferentes formas de comunicar un mensaje. Todas las mañanas nos despertamos y decidimos, aun así nos time cinco minutos, qué nos vamos a poner, y cómo nos lo pondremos. Pues nos gusta estar constantemente hablando y narrando, por ejemplo Ronald Barthes piensa que el hombre está condenado al lenguaje articulado. Y la moda, el elegir una prenda roja o azul de manga larga, con unos pantalones de corte recto o a la cadera, articula una historia, una forma de sentir, e incluso de pensar. Quizá no se dé tanto en la forma de elegir, pero sin duda se da en la forma de diseñar. No en vano cada marca tiene un sello: Chanel será elegante, simple, Epsilon es conservador, y así sucesivamente.

Por último la función que también tiene esto es la de identificar a personas de distintos estratos y poderlos unir al propio. Si una persona comparte la misa historia, articula y codifica el lenguaje de una forma similar a la propia, será más fácil crear nexos y lazos duraderos.

En consecuencia observamos como la identidad no es tan fácil de desarrollar respecto a la imagen, sobre todo en un mundo comercial en que nada es único e inigualable, en donde cada quien reclama su derecho a ser.  La manera en que los diferentes tipos de la ropa se comunica mediante el cuerpo por su forma, color y textura es importante pues permite analizar la moda para poder entender desde otro punto de vista o mirador cómo el ser humano va cambiando su relación con el entorno, y definitivamente con el otro; también para clasificar quién es el otro. 

El lenguaje de la moda crea nuevos pensamientos y tendencias, o más bien esos nuevos pensamientos y tendencias toman como blasón la moda, ya el punk, ya lo hippie… Todo esto nos invita a establecer relaciones de forma inconsciente e indirecta con miles de personas sólo por una prenda o un estilo. Así mismo la moda es también un fractal, pues son tejidos, realmente tejidos, que crean un lenguaje, y ese mismo lenguaje reproduce a otro, la moda, su tejido constantemente esta tejiendo.




 Nosotros, los seres humanos, buscamos estos tejidos para poder encontrarnos. Lo que vemos en una revista, pasarela o escaparate es una imagen con una identidad, un ejemplo es la misma modelo que refleja un mensaje, una personalidad, un recuerdo o un deseo.




Referencias:
Arditti, Benjamin. Comp. Maffesoli, Michel.(2000). El reverso de la diferencia.Identidad e identificación en las sociedades contemporáneas” ,37-45. Caracas: Nueva sociedad, 2000. Impreso.  
Martínez Barreiro Ana. (1998). La moda en las sociedades modernas. Madrid: Tecnos. Impreso.
Vásquez Rocca, Adolfo. (2005). “La moda en la postmodernidad. Deconstrucción del fenómeno fashion”. Nómadas, enero-junio.
Volonté, P. (2012). “Social and Cultural Features of Fashion Design in Milan” Fashion Theory: The Journal Of Dress, Body & Culture, 16(4), 399-432.
Wim Wenders. Notebook on cities and clothes.  20 de diciembre de 1989. Notebook on cities and clothes.  http://www.youtube.com/watch?v=7XLQXefHhiM . 26 de febrero 2013. Web.

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